by Brian Flagg,
It’s almost as if Pope Francis knows the same young priests that I know, that I’ve had to endure!
Thanks be to God for his insistence on all of us changing and raising our consciousness – for true systematic change in our Church.
This is part of what he told a meeting of superiors general of religious orders in November, (from the National Catholic Reporter, January 17-30, 2014).
“Formation directors should guard against priests who will become “little monsters”: “Inculturation today calls for a different attitude,” he stated. “For example: Problems are not solved simply by forbidding doing this or that. Dialogue as well as confrontation are needed.”
Referencing advice he received as a young man to “think clearly and speak obscurely,” the pope said, “That was a clear invitation to hypocrisy. We need to avoid that at all costs.”
“Formation is a work of art, not a police action,” the pope continued. “We must form their hearts. Otherwise we are creating little monsters. And these little monsters mold the people of God. This really gives me goose bumps.”
At the center of priestly formation should be concerns for laypeople: “We must always think of the faithful, of the faithful people of God,” Francis said. “Persons must be formed who are witness of the resurrection of Jesus. The formator should keep in mind that the person in formation will be called to care for the people of God. We always must think of the people of God in all of this. Just think of religious who have hearts that are as sour as vinegar: they are not made for the people. In the end we must not form administrators, managers, but fathers, brothers, traveling companions.”
Priests should minister “at the periphery” of the church: Referencing a letter sent from Jesuit Fr. Pedro Arrupe, who led the Jesuit order from 1965-83, the pope said that “real contact” with the poor is necessary to understand poverty.
“This is really very important to me: the need to become acquainted with reality by experience, to spend time walking on the periphery in order [to] really become acquainted with the reality and life experiences of people. If this does not happen, we then run the risk of being abstract ideologists or fundamentalists, which is not healthy.”
Amen.
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por Brian Flagg,
¡Parecieras como si el Papa Francisco conociera a los mismos padres jóvenes que yo conozco, y a los que he tenido que soportar!
Gracias a Dios por su insistencia para que todos nosotros cambiemos y desarrollemos nuestra conciencia – por un cambio sistémico en nuestra Iglesia.
Esto es parte de lo que él dijo en una reunión general con religiosos del orden superior en Noviembre, (proviene de National Catholic Reporter, Enero 17-30, 2014).
“Los directores de formación deben proteger en contra de los padres que se convierten en “pequeños monstros”: “Hoy, la aculturación nos llama a tener una diferente actitud,” él dice. “Por ejemplo: Los problemas no se solucionan simplemente prohibiendo el hacer o no hacer esto o aquello. El dialogo al igual que la confrontación son necesarios.”
Refiriéndose a un consejo que recibió de joven de “pensar claramente y hablar a oscuras,” el papa dice, “esa fue una clara invitación a la hipocresía. Necesitamos evitar esto a cualquier costo.”
“La formación es una obra de arte, no una acción policiaca,” continuo el Papa. “Debemos formar sus corazones. De lo contrario estamos creando pequeños monstros. Y estos pequeños monstros están moldeando a las personas de Dios. Esto me da escalofríos.”
Al centro de la formación de padres debe estar la preocupación por las personas que no son del clero: “Siempre debemos pensar en los fieles, en las personas fieles de Dios,” Dice Francisco. “Las personas se deben formar al ser testigos de la resurrección de Jesús. El formador debe recordar que la persona en formación será llamada para cuidar de las personas de Dios. Nosotros siempre debemos de pensar en las personas de Dios en todo esto. Solo piensen en religiosos que tienen un corazón agrio como el vinagre: no están hechos para las personas. Al final, no debemos estar formando administradores, manejadores, pero padres, hermanos, compañeros de viaje.”
Los Padres deben ser ministros “en las orillas” de la Iglesia: Haciendo referencia a una carta enviada por un Padre Jesuita Fr. Pedro Arrupe, quien dirigió a la orden Jesuita desde 1965-83, el papa dice que el “verdadero contacto” con los pobres es necesario para entender la pobreza.
“Esto es verdaderamente importante para mí: la necesidad de conocer la realidad a través de la experiencia, el pasar tiempo caminando por las orillas para verdaderamente estar familiarizado con la realidad y las experiencias de vida de las personas. Si esto no sucede entonces corremos el peligro de ser ideólogos o fundamentalistas abstractos, lo cual no es saludable.”
Amen.