by Cesar Aguirre
The hot dogs were delicious, the turn-out was great, the music was loud and the line was long. Everyone was waiting in the heat to join the Tucson Bus Riders Union and the Teamsters, enduring the humidity left behind by the morning’s drizzles, intensified by the scorching desert sun. Councilwoman Regina Romero was there to support. My girls were excited to participate
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We walked the picket on Friday afternoon and were able to have a great conversation about the strike and why we support the strikers.
On our way to the picket line on Friday my daughter Alissa asked, “Do we have to go daddy? We’ve been to hundreds of these protests before.” I let her know that this was not a protest. I was able to explain to her the difference between a protest and a strike. I let her know how important unions are and why we must support them. I explained that even though some bus riders might be upset about it, it’s not the workers fault they are on strike. I said, “The powers that be want us fighting with each other over how many crumbs we get from them, to make sure that we don’t unite and get what we deserve.” The strike is not happening because the drivers and mechanics are greedy and want more than they deserve, but rather the fault of Sun Tran and the City for being greedy and not figuring out how to come up with the money. They want us to believe that they only have enough money to either give the workers what they deserve or to keep the fares down and not cut routes, but not for both. This is not true.
When the City wanted to build the street car for the UofA students and rich developers downtown, they found the $200 million. When they wanted rich developers to develop downtown, they found over $10 million worth of incentives to give away. But when it comes to poor and working class bus riders, drivers and mechanics, they could care less and would rather drag out an ugly battle, making the poor and working class endure further suffering. Where the hell is Mayor Rothschild on all this?
My daughter was fired up after our conversation. Even she, at 11 years old, understood that in order to end this strike and insure that the drivers and mechanics get what they deserve we must stand in solidarity and work together to get the City of Tucson to step in, find the money, and END THE STRIKE NOW!
Please call: (520) 791-4201 or email: jonathan.rothschild@tucsonaz.gov Mayor Rothschild and tell him to do everything in his power to END THE STRIKE NOW!
LA FIESTA DE HOT DOG EL 11 DE AGOSTO PARA TERMINAR LA HUELGA FUE UN GRAN EXITO
por Cesar Aguirre
Los hot dogs eran deliciosos, había mucha gente, la música era fuerte y la línea era larga. Todo el mundo estaba esperando en el calor a inscribirse al Union de Pasajeros del Camión de Tucson, soportando la humedad dejada por la llovizna de la mañana, que se intensificó por la fuerza del sol del desierto de Sonora. Mis niñas estaban muy contentas de participar en este evento.
Fuimos a apoyar la huelga el viernes por la tarde y pudimos tener una gran conversación sobre la huelga y el por qué la apoyamos. En nuestro camino a la huelga el viernes mi hija Alissa me preguntó, “¿tenemos que ir a papá? Hemos asistido cientos de estas protestas antes.” Le deje saber que no se trataba de una protesta. Fui capaz de explicarle la diferencia entre una protesta y una huelga. Le hice saber lo importante que son las uniones y por qué debemos apoyarlos. Explique que aunque algunos pasajeros del camión pueden estar molestados por la huelga, no es culpa de los trabajadores que están en huelga. Dije, “los poderes fácticos quieren que peleemos entre nosotros sobre las migajas que obtenemos de ellos, para asegurarse de que no nos unimos a conseguir lo que nos merecemos.” La huelga no sucede porque los conductores y mecánicos son ambiciosos y quieren más de lo que se merecen, pero más bien es culpa de Sun Tran y la ciudad por ser codiciosos y no averiguar cómo negociar con el dinero.
Cuando la ciudad quería construir el street car para los estudiantes de la Universidad y los ricos desarrolladores del centro de la ciudad, encontraron $200 millones. Cuando los ricos desarrolladores querían desarrollar el centro, encontraron más de $10 millones de incentivos para regalar. Pero cuando se trata de pobres y clase obrera de pasajeros, conductores y mecánicos, les vale y prefieren una batalla fea, haciendo que los pobres y la clase obrera soporten más sufrimiento.
Mi hija estaba entusiasmada después de esa conversación. Incluso ella, a los 11 años, entendió que para poder poner fin a la huelga, y asegurar que los conductores y mecánicos reciban lo que merecen, debemos ser solidarios y trabajar juntos para que la ciudad de Tucson se involucra al proceso de encontrar el dinero y ¡PONER FIN A LA HUELGA AHORA!
Por favor habla: (520) 791-4201 o envía un mensaje de correo electrónico: jonathan.rothschild@tucsonaz.gov al Alcalde Rothschild y dile que haga todo en su poder para ¡PONER UN FIN A ESTA HUELGA!